Cosecha récord de trigo en Argentina, posible si se prolonga la baja de impuestos a la exportación

Argentina podría estar encaminándose hacia una cosecha récord de trigo si el Gobierno decide extender la reducción temporal de impuestos a la exportación más allá de junio. Así lo afirmó Ramiro Costa, economista jefe de la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, durante un evento en el que se presentó la primera estimación de producción para la campaña 2025/26.

Actualmente, la proyección oficial señala una producción de 20,5 millones de toneladas métricas. Sin embargo, Costa explicó que este número podría incrementarse si se mantiene el alivio impositivo que vence a fines de junio. “La estimación actual se basa en un impuesto del 12%, que es el que volverá a regir después de junio. Si el Gobierno extiende la reducción vigente, el pronóstico será más alto”, explicó el especialista a Reuters.

De concretarse este escenario, Argentina no solo podría superar sus expectativas actuales, sino incluso alcanzar un nuevo récord de producción de trigo, superando la marca histórica de 22,4 millones de toneladas registrada en la campaña 2021/22. Esta posibilidad, hasta ahora, no había sido informada públicamente.

Argentina ocupa un rol clave como exportador mundial de trigo, además de ser uno de los principales proveedores globales de soja y maíz. La iniciativa de reducir impuestos a las exportaciones se implementó en enero bajo el Gobierno del presidente libertario Javier Milei, quien bajó la alícuota del trigo del 12% al 9,5% hasta finales de junio, con el objetivo de estimular las ventas externas y captar divisas.

No obstante, el mandatario ha reiterado que estas medidas no se renovarán después de junio, pese a la fuerte presión del sector agroexportador, que pide la prórroga del beneficio. Para el Gobierno, acelerar la liquidación de divisas es clave en un contexto de escasez de dólares, aunque también busca reducir la carga impositiva general.

En paralelo, el lunes el Gobierno eliminó el mecanismo del “crawling peg” y permitió que el peso flote libremente dentro de una banda de entre 1.000 y 1.400 pesos por dólar. Esto provocó una devaluación cercana al 10%, lo cual favorece al sector agropecuario al mejorar el tipo de cambio para las exportaciones, incentivando mayores embarques.

Estas medidas han sido bien recibidas por los productores. Sin embargo, desde la Bolsa de Cereales advierten que aún falta resolver uno de los principales problemas del campo argentino: la carga impositiva. “Todas estas medidas del Gobierno son bienvenidas, pero el tema impositivo sigue sin resolverse”, señaló José Martins, presidente de la entidad, al finalizar la presentación en Buenos Aires.

Con un clima político y económico aún incierto, el potencial de la próxima cosecha de trigo está ahora atado a decisiones clave del Gobierno en los próximos meses. La expectativa del sector crece, mientras se debate si se mantendrán los incentivos necesarios para consolidar una campaña histórica.

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